Restaurante Valen&Cia GastroLife (Valencia)

 

Ciudad: Valencia Comensales: 2
Restaurante: Valen&Cia Menú: A la carta
Chef: desconocido Bebida: 1 cerveza Alhambra 1925, 1 Aquarius, 1 agua con gas San Pellegrino 0,5 L y 1 agua sin gas Solán de Cabras 1 L
Web: http://www.valenandcia.com Precio con IVA: 67,30€

 

Que mejor manera de empezar un nuevo año que degustando unas ricas viandas en buena compañía en un lugar nuevo y aparentemente diferente. Estábamos en Valencia y le pedimos consejo a nuestro amigo Jan Malastrana, gran conocedor de la gastronomía local y amante de la nueva y alta cocina como un servidor. Me recomendó el Restaurante Valen&Cia al que, aparentemente, no había ido nunca, pero del que tenía buenas referencias. Así que eché un vistazo en internet y me gustó el planteamiento de lo que pude ver en la web y reservé una mesa para dos por teléfono un par de días antes. El día de la cena, nos presentamos a la hora indicada dispuestos a pasar una agradable velada en pareja, lejos del ruido y el jaleo de los niños y en un ambiente distendido, como era de esperar. Y la verdad, se cumplieron muchas de las expectativas.

Nada más entrar nos atendieron en la puerta y nos acompañaron a la mesa que habían preparado para nosotros. Al llegar aún había poca ocupación en otras mesas, pero a medida que fue avanzando la noche el local se fue llenando. Lo primero que llama la atención al entrar es su mobiliario, decoración e incluso el menaje que usan, dado que todo ello es reciclado como las mesas y sillas, todas diferentes o si fuera comprado, diría que en un rastro o en una tienda con reminiscencias ochenteras, lo cual le confiere a todo el comedor un aire retro y vintage, muy familiar y cómodo y para nada pretencioso. La verdad es que al ser todo bastante sencillo, uno acaba concentrándose en lo importante, que es la comida.

 

01.Mobiliario

Foto: El mobiliario.

 

04.Menaje

Foto: Menaje.

 

Al sentarnos, fuimos atendidos enseguida por una camarera que nos ofreció pedir algo para beber y nos entregó la carta para ver que íbamos a degustar. Otro camarero nos tomó nota, ofreciéndonos antes un listado bastante extenso de los especiales del día que, aunque todos sonaban muy sugerentes, preferimos decantarnos por los platos permanentes de la temporada, ya que era nuestra primera vez y todos, ya de por sí, se presentaban, en base a sus nombres y descripciones, muy apetecibles.

 

Le pedimos que nos aconsejara acerca de las cantidades, ya que hay una selección bastante abundante de platos diversos que conjugan ingredientes o recetas de la cocina tradicional combinados con técnicas o propuestas más vanguardistas. Así que escogimos unos cuantos entrantes y algún que otro plato principal, con la idea de compartir y poder probar el máximo de recetas. La verdad es que sin ser un menú degustación, ni mucho menos, hicimos una selección a nuestra medida, que podría parecerlo y la cena fue abundante y variada, lejos del menú clásico de entrantes y plato principal al que solemos estar acostumbrados.

 

Yo empecé con una ostra al natural, ya que no era del gusto de mi acompañante, pero que es algo que adoro y que no suelo pedir en cualquier sitio. Pero estando cerca del mar, me atreví y acerté. Iba acompañada de limón únicamente, no hace falta más (aunque ofrecen otras dos opciones, recuerdo que una de ellas con foie) a mi entender, era grande, jugosa y se deshacía en la boca como debe ser en este lujo del océano y sobre todo, era suave y fresca. Ese, podría ser el denominador común de todos los ingredientes con que cocinan en este lugar, frescura. Muy buena, variada y de primera calidad toda la materia prima. Como dice un amigo Chef estrella Michelín, en la cocina, la calidad de la materia prima, los ingredientes, es la mitad del éxito.

 

05.Ostra

Foto: Ostra.

 

Todos los platos, además, como denominador común tienen el hecho de ser caseros, como el pan rústico de pueblo calentito que nos trajeron en una tabla para atacar al tartar de atún rojo con aguacate, higo, mayonesa, algas y salsa de soja que habíamos pedido para continuar. La combinación y mezcla de sabores era ideal, riquísima y apropiada, lo acompañaba algo de sésamo que acababa de darle el equilibrio y mesura que un plato de esa naturaleza precisa.

 

07.Pan

Foto: Pan.

 

08.Tartar

Foto: Tartar.

 

Otra de las cosas destacables de este pintoresco, acogedor y moderno local es su carta de vinos, amplia y peculiar, tamaño gigante, que puede llegar a agobiar algo, pero divertida. No la necesitamos, pero echamos un vistazo. Completa para la oferta gastronómica. Por contra, para mi gusto, un restaurante de esta naturaleza debería tener una mayor oferta y selección de cervezas, incluso de importación, ya que es una bebida muy demandada hoy en España y se agradece poder elegir entre cierta variedad, como se puede hacer tradicionalmente con los caldos de la uva.

 

03.Carta de vinos

Foto: Carta de vinos.

 

Continuamos con una coca en la que reposaba tomate seco, burrata (queso similar a la mozzarella) y tapenade. Sencillo, curioso y muy sabroso. Una mezcla cremosa y suave. Exquisito el pan de la coca, que nos hizo recordar a ambos a nuestra infancia.

 

06.Coca

Foto: Coca.

 

El servicio para mi gusto, algo precipitado, por momentos tenían prisa por retirar los platos, impidiendo uno de mis mayores deleites como es el rebañar los platos, más si cabe, cuando tienes un buen pan que realce los sabores de los restos y salsas que apuras en el plato. También en el debe, le anotaría que aunque son rápidos y atentos y hay muchos en la sala, suelen atenderte cualquiera de ellos, en un estilo más fast-food o franquicia que el de un restaurante que se precie y aunque no le hace de menos a la cocina, para mi gusto, le resta algo de encanto y solera a la experiencia. Tener el mismo camarero toda la cena y un servicio algo más profesional, con más oficio, sería tal vez la palabra, se agradecería, aunque siempre es preferible a que te atiendan con lentitud.

 

Le siguió la sartén de patatas gratinadas, torta del casar y huevo de caserío trufado. La combinación simplemente espectacular, algo frío, generoso en cantidad, sobraba la careta que aunque no probé, al parecer no estaba crujiente y diría que fue lo único que regresó por nuestra parte a la cocina.

 

09.Sartén de patatas

Foto: Sartén de patatas.

 

Como dije, el local se fue llenando de parejas y otros comensales que disfrutaron como nosotros del lugar que aunque sencillo, no deja de resultar acogedor y aunque las mesas están cerca, no resulta incómodo y la tranquilidad, sólo se ve interrumpida, de vez en cuando, por algún ruido de platos o cubiertos que caen al suelo en la cercana cocina o en la propia sala, por la precipitación de sus camareros.

 

Completamos la parte principal del ágape con una lasaña de langostinos con mayonesa de crustáceos que sin duda, fue lo mejor de la noche y eso que el nivel ya estaba bastante alto, suavísimo, espectacular, muy sabroso. Un plato para no perderse cuando uno visita este gastrobar, como reza en algunos letreros y publicidades.

 

10.Lasaña

Foto: Lasaña.

 

De postre, pedimos la tabla de quesos con miel y nueces y como podéis ver, resultó ser una triste mini selección de cortes de tres quesos (diría que un manchego y otro Idiazabal) casi transparentes, pequeños, a lo que hubo que añadir tener que esperar y recordar que nos trajeran más pan, ya que al parecer estaba en el horno. Pero era algo que deberían haber previsto. Aquí me pudo mi reminiscencia y ancestros franceses y me hice a la idea de una selección más amplia y variada, acompañada por unas nueces de mantequilla, pero nada más lejos de la realidad, con lo que la elección resultó del todo decepcionante además de muy cara en comparación con otros platos más abundantes y suculentos. De lejos lo peor de la noche. Ya sabéis, no lo pidáis, si vais, mas si sois un roedor como yo. Pero no por ello nos fuimos con mal sabor de boca.

 

11.Tabla de quesos

Foto: Tabla de quesos.

 

A este detalle hubo que añadir el hecho de traer el coulant, nuestra última opción de postre para coronar un menú exquisito, al mismo tiempo, el cual, penalizado por las demoras, tuve que comer algo templado. Deberían haberlo traído al finalizar el queso, con independencia de que hubiera estado todo previsto (al pan me refiero). En cualquier caso, el coulant de chocolate con corazón de dulce de leche no defraudó a nadie y estuvo muy a la altura de nuestras expectativas y resultó ser una acertada manera de terminar tan copiosa y selecta noche. Muy fino y cuidado hasta en los detalles como el cramble de chocolate y el sorbete que acompañaba que diría que llevaba hierbabuena, todo lo cual era muy adecuado.

 

12.Coulant

Foto: Coulant.

 

En definitiva, un lugar muy recomendable, en el centro de Valencia, cerca del Metro “Colón” (lo digo además porque en coche en esa zona siempre es más difícil aparcar) para comer en pareja o con amigos… y, en los tiempos que corren, con una relación calidad-precio muy competitiva, diría que hasta barato (aunque ya se sabe que esto, como los gustos y los colores, es algo muy subjetivo).

 

13.Cuenta

Foto: Cuenta.

 

Bueno, seguiremos atizándole a nuestros congéneres por esos rincones de España que tan buenos fogones esconden.

 

 

Atila «el Gurmando»

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